jueves, 18 de marzo de 2010

La foto

Vaya... qué buena foto ¿Cómo dice que se llama? Pablo.
Pablo.
Es guapo... sí... bueno quizá tiene la nariz un poco grande y gesto de estar enfadado, pero es guapo. Sí señor, muy atractivo.
¿Cómo se describe? Bien, bien, parece que pone tildes y usa mayúsculas. En un momento como el que se vive ahora casi dan ganas de soltar unos cuantos vítores. Alguien que decide escribir bien cuando no sólo no es necesario sino que además no está de moda.
Se le marcan las venas en los brazos ¿Estará fuerte? Parece que sí, tiene los hombros anchos, como Platón, tiene brazos de poder sujetarte si vas a caerte. Me gusta.
Tiene los labios gruesos, quizá demasiado para un hombre, pero puede que sólo sea cosa de la foto, ya se sabe.
Parece que viste de forma sencilla, eso es bueno, es... masculino. Es claro y conciso. Unas pocas líneas de descripción, una camiseta azul marino de algodón de manga corta ¿Para qué más? Si realmente lo bonito está en la cruda sencillez.
Tiene pinta de ser buen amante, es posible que no del todo buen marido, pero psé, somos jóvenes, tampoco buscamos ahora un esposo, buscamos algún caballo salvaje al que domar, aunque se nos vaya en ello el desayuno y la paciencia.
Me imagino curándole una herida en el labio después de una pelea, pero también me lo imagino ayudándome a hacer la cena un sábado lluvioso.
Le veo casi sentado en el sofá.
Huele a cuero y madera.
Tiene unas manos bonitas, parecen fuertes, pero delicadas ¿Será estudiante? Si lo es... siendo tan conciso ¿Será ingeniero? ¿Arquitecto? ¿Existirá?
He visto a Pablo una vez, en una foto y de repente, Pablo ya es estudiante universitario, un cabeza loca solitario y un amante excelente. Huelo la cena que está haciendo en mi cocina. Le siento tocándome la espalda para invitarme a entrar en un bar.
Pablo "es" en mi cabeza.
Pablo...
No digas nada más. Así eres perfecto.